Yo no soy psicóloga, ni socióloga, ni profesional, pero si hay algo que debo reconocer y me veo obligada a convivir con ello, es el estímulo que me impulsa cada día a descubrir cómo luchar para lograr un objetivo.
Esa sensación de saber que lograste un propósito, que mejoraste, que las cosas salieron como lo esperabas...ya se te dibuja una sonrisa discreta en el rostro. Sin embargo, la búsqueda del triunfo personal muchas veces es motivada al valerse de recuerdos; mamá diciendo: bien hija, te felicito. ¿Qué puede ser más satisfactorio que una mamá orgullosa? ¿Qué puede ser más motivante que recordar la cara de mamá brillando de felicidad?
En fin, yo no soy psicóloga, socióloga, y mucho menos profesional, pero tengo bien en claro que ningún título me va a dar a entender por qué una mamá cumple una función tan importante en la vida. ¿Sabés por qué ? Porque yo, con 16 años ya lo descubrí...el único estímulo que está siempre presente sos vos, y si hoy estoy donde estoy, es gracias a vos y tu esfuerzo.
Feliz día mamá, te amo.