Si escribo es porque no puedo expresar un estado anímico de forma directa.
Pero gracias a Dios, tuve la oportunidad de aprender a describir con palabras los sentimientos,
simplemente con mis amigas la voluntad y la redacción.
Todo aquello que sale del corazón y no quiere volver a entrar
queda impregnado en un par de hojas blancas,
que me llaman para ser manchadas
con toda la delicadeza del mundo y la mayor sinceridad posible.
Mis sentimientos quedaron resumidos en un cuadernito de tapa violeta,
que tiene más secretos que la vida misma,
y una frase hermosa en el comienzo:
"Tuve la oportunidad de aprender a describir con palabras los sentimientos..."
Quizás es por eso que no lloro.
A veces yo misma pienso que mis palabras lo hacen por sí solas,
o que mi vida se refleja en ellas en cierta forma.
Bueno,
ya está.
Ya terminé de llorar, de nuevo-



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