Y mis cientos de dudas sin preguntar,
mis miles de besos sin regalar,
y mis millones de poemas sin un receptor a quien entregar;
se perderán en este cielo tan frío e infinito, que solía llevar tu nombre,
donde paseaba el viento, moviendo tu pelo y cosquilleando tu vista.

Hagamos un pacto con el viento,
que mis dudas le correspondan,
y mis besos, al mar,
y que la brisa de la mañana se quede con las frases y rimas
que con tanta dedicación recitaba.

Te llevaste mis muecas de gloria.
No dejaste más que un manuscrito implacable,
lleno de rencor y lágrimas, de hojas desechas y recuerdos rasgados.
Podría permanecer en el anonimato, hasta tu tan anhelado e inoportuno regreso;
y en esta cruda y silenciosa noche,
donde las estrellas sólo dibujan tu rostro, tus imperfecciones y tu mal humor,
¿qué mejor compañía que la melancolía y sus lágrimas?




Copyright © 2011 • YamilaSuárez.

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