Descartemos lo áspero de la frivolidad
y saltemos hacia el camino más intimidante.
Que tu mano no sea más que una compañía
y que la única barrera existente
quede supeditada a tu valentía.
.
Y sí, sirve tu orgullo,
pero es extraño no poder socorrer a tu lado más humilde,
y verte revolcado entre ideales básicos.
No te dejes transformar en una silueta marginada,
temporaria e intocable;
prefiero recordarte libre, eterno e imborrable.
Copyright © 2011 • YamilaSuárez.
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