(ph: Tumblr)


Te propongo que todos los días, durante tiempo indeterminado, dediquemos solo 16 minutos a los recuerdos. Que cada día nos aboquemos a jugar con uno distinto. A escucharlo. A tocarlo. A imaginar que aún no está encapsulado. Tan así, tan cercano, que podamos plasmarlo en papeles. Como ahora.
Dale, escapemos del hoy un ratito, con una hoja a cuadritos y letra cursiva; porque como pocos saben, la letra cursiva le permite fluir al pensamiento, y cuando se quiere narrar los momentos en que los pasajes del amor parloteaban con un pasado, en sí presente, dulce, sin limitaciones, ni miedos, es casi un requisito tener la mente clara y tranquila.

Hoy describamos ese recuerdo que nos sorprende desnudos sobre las colinas de lo imposible, donde yacen horas y cumplidos interminables. Eran estadías de puro palabrerío de dos casi-infantes descubridores del mundo y sus cosas lindas. Ah, y qué lindo te veías cuando el reflejo del sol recortaba tu figura de un fondo tan común.

Nos elevábamos, hasta las copas de los árboles, transformando ambos cuerpos en un laberinto de ramas y flores con aroma a ternura. Ahí guardamos, en distintos nidos de colores, cada uno de los abrazos regalados, junto con tu encanto y mis millones de "te quiero". También les dejamos un par de poemas, y la marca de tu mano sobre la mía...

Seguimos subiendo, encontramos a nuestro alrededor una nebulosa confusa. Nos topamos con la ley de que no todo es tan claro ni tan perfecto como parece a comienzos de un viaje. 
En pocos metros las palabras dulces pelearían con los celos y las inseguridades. Todo lo retórico y lo problemático oscurecería lo que íbamos construyendo con caricias y muestras de afecto. 
Conocimos las lágrimas y el "no sé qué quiero". Pero de todos modos, seguimos subiendo. Ustedes deben saber también que en otras teorías se ha dicho que la ambivalencia es fundamental en los criterios del amor. Si no viera tus defectos, sería erróneo decir que te amo tal cual sos. 
Esa nebulosa tan densa y desagradable logró alejarnos del coqueteo con la idealización. 

Para conocernos en profundidad. 
Para marcar los quiebres y deslices de tu forma de ser. 
Para que puedas concentrarte en los huecos que todavía me faltan llenar. 
Para que luches con el miedo que no me deja entregarme por completo. 
Para que aprendamos juntos a descubrirnos, a complementarnos, y a sonreírnos una y otra vez.
Para amarnos en plenitud y demostrarlo en silencio,

 a medida que seguíamos flotando y creando más y más recuerdos, que más adelante podríamos recordar, en tan solo 16 minutos.



Copyright © 2014 • YamilaSuárez.

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