Quisiera consumirte entre bocanadas de aire,
dejando tus facetas tan inmóviles e intocables.

Imaginemos que no existe el dolor,
y que sólo tenemos sonrisas que se revuelcan en el pasto.
Cada lágrima se evapora en nubes de azúcar,
y cada mancha de soledad es borrada con caricias.

Y claro que le temo al olvido,
y más a ser parte de una rutina ya vivida.

No quisiéramos perder la espontaneidad.

Guardemos y escribamos nuestra propia experiencia.
con sus errores y triunfos,
con sus sabores,
y con lápices de colores.



 Copyright © 2012 • YamilaSuárez.

2 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
bruno dijo...

muy bien cuñada, escribís de una manera tan clara y tan rebuscada al mismo tiempo que el pensamiento esta en un equilibrio perfecto, te hace pensar pero entiendo que puede llegar a ser.